Buenos Aires solicita explicaciones sobre el alcance del convenio entre La Paz y Teherán, que ha provocado la cólera de la oposición boliviana sobre las relaciones internacionales del Gobierno de Luis Arce.
El ministro de Defensa de Bolivia ha defendido la firma de un acuerdo con Irán después de que las críticas estallaran entre la oposición boliviana y empezaran a llegar desde Argentina y Chile “No es una amenaza para nadie”, dijo en conferencia de prensa el martes el ministro, Edmundo Novillo. “Nuestro objetivo no ha sido conseguir misiles ni armas. Descarto total, categórica y absolutamente que hayamos solicitado ayuda bélica”, señaló.
La semana pasada, Novillo viajó a Teherán y firmó un acuerdo de cooperación en defensa y seguridad. Esta semana, tras las críticas de la oposición y una nota de la Cancillería argentina pidiendo más información al respecto, Novillo ha defendido que el acuerdo no representa una amenaza para el vecindario.
El viaje de Novillo a Teherán había encendido las alarmas en los sectores más radicales de la oposición boliviana, que supusieron que se había arribado a compromisos para dotar a Bolivia de misiles balísticos y de tecnologías de espionaje interno. Citando fuentes anónimas, el periódico El Deber afirmó que el acuerdo con Irán “incluye el litio, misiles, armas e inteligencia en el ciberespacio”.
También se escucharon las quejas de algunos parlamentarios argentinos, que consideraron el pacto una “ofensa” porque se realiza con el país al que Argentina responsabiliza del ataque terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó 85 muertos en 1994. En una conferencia de prensa, Novillo consideró estas versiones una “falacia fantasiosa y sensacionalista, causada por intereses políticos”. Respecto a las críticas argentinas, las llamó “exageradas” y propias del ambiente preelectoral que se vive en ese país, que elegirá nuevo presidente en octubre. El acuerdo Bolivia-Irán “no es una amenaza para nadie”, aseguró.